Algunas consideraciones de partida:
1. La belleza es un ideal valorativo difuso y diferente según grupos y épocas.
2. Sólo es visible encarnada en ciertos ejemplos siempre incompletos o defectuosos.
3. La belleza según ciertos criterios particulares es considerada fealdad desde ciertos criterios alternativos, y viceversa.
4. La belleza de una persona combina de diferentes modos la noción ideal con la encarnación ejemplar.
5. Cuando una persona se somete a cirugía o escoge un look estético determinado, dispone de modelos y conceptos suficientes para saber hacia qué se aproxima.
6. Cuando una persona se somete a cirugía, paga por aproximarse al modelo de belleza del cirujano, y no a otro.
2. Sólo es visible encarnada en ciertos ejemplos siempre incompletos o defectuosos.
3. La belleza según ciertos criterios particulares es considerada fealdad desde ciertos criterios alternativos, y viceversa.
4. La belleza de una persona combina de diferentes modos la noción ideal con la encarnación ejemplar.
5. Cuando una persona se somete a cirugía o escoge un look estético determinado, dispone de modelos y conceptos suficientes para saber hacia qué se aproxima.
6. Cuando una persona se somete a cirugía, paga por aproximarse al modelo de belleza del cirujano, y no a otro.
Hay una estética/belleza de las arrugas, la vejez y los cuerpos maduros; hay una estética concreta de la cirugía; y hay una estética de los rostros y los cuerpos jóvenes. Quien elige operarse, paga por aproximarse a una de estas tres. Adivina cuál.
Conclusión: el monstruo que crea el cirujano es un ideal de belleza propio de nuestra época. Que tú lo veas como fealdad, sólo nos habla sobre tu propio ideal de belleza, pero nada nos dice del suyo, ni nos ayuda a comprenderlo.